En el número 220 de la 11ª Avenida, haciendo esquina con la calle 25, se sitúa este edificio perfectamente integrado en el tejido urbano del West Side de Manhattan, en Chelsea, como reflejo de la animada actividad cultural de su distrito. Está inspirado en el tradicional palazzo italiano y su diseño en ladrillo y vidrio recuerda el pasado industrial del barrio.
Se abrió un concurso que ofrecía la posibilidad de realizar el interiorismo de 71 condominios, así como de acoger en las tres primeras plantas del edificio una galería de arte con impresionantes techos a 6 metros de altura. Opcionalmente, el programa podía incluir un hotel boutique de 80 habitaciones.
Nuestra propuesta de diseño interior, que no resultó elegida, consistía en un acabado industrial muy minimalista que conjugaba hormigón, ladrillo, estuco y madera de roble para aportar calidez.