Esta casa familiar tiene una estética radical. Situado en la ladera de la montaña del Tibidabo en el exclusivo barrio de Pedralbes y goza de unas vistas privilegiadas sobre la ciudad de Barcelona.
La fachada frontal, de cuatro plantas, escalonadas por terrazas, es vertebrada por dos escaleras escultóricas que las sobrevuelan y en su base un espacio de relajación permite disfrutar de una gran piscina exterior.
Los jardines rodean la residencia y en la fachada trasera cuatro silos otorgan verticalidad sobre un patio con jardín ubicado contra la ladera de la montaña.
El sótano es la entrada principal, un asombroso espacio diáfano de 240m2 que permite a los propietarios exhibir su colección de coches o usarlo para fiestas o eventos.
Las paredes de cemento bruto contrastan con las de cristal retro iluminado y unos tapices de acero incrustado en el cemento del suelo llevan a la gran puerta principal de teca maciza.
Por los silos, unos ascensores y escaleras permiten acceder las plantas superiores.
La planta baja dispone de un salón central, con vistas a los jardines principales. De planta cuadrada y esquinas redondeadas unos escalones permiten sentarse delante de una chimenea. En ambos lados dos suites dan a las terrazas y dos más pequeñas a los laterales.
En el centro de la primera planta, un acogedor salón abierto a un largo ventanal da a una gran terraza, con una panorámica vista sobre Barcelona.
El estuco, el mármol insertado en el microcemento y la madera aportan calidez y textura a este espacio. Unos sofás de Tobias Scarpa en cuero y terciopelo, sobre un tapiz de Nani Marquina rodean una gran chimenea.
Complementan la planta, la cocina semiabierta al comedor y en el lado opuesto, una recogida estancia con una biblioteca de madera maciza y una zona de trabajo.
En la planta superior hay una gran suite con la cama orientada hacia las vistas y las terrazas. La suite tiene dos baños y vestidores contiguos a ambos lados. Este es un espacio imponente, privado y exclusivo.
El encuentro con la disposición del espacio y los sorpresivos volúmenes, la materialidad de las texturas, la luz y las vistas, confieren a esta casa una excepcional armonía. La luz y las sombras la van transformando de hora en hora dándole una poética espacialidad.