La terminal T1 es un pájaro a una escala nunca vista que celebra la poesía del vuelo.
Su forma recuerda una esbelta espada bañada por la luz natural, y sus continuas fachadas acristaladas permiten un contacto visual directo a las pistas, la naturaleza y al Mar Mediterráneo.
Al llegar, un fino y gigantesco canopy ondula en el cielo, y su continuidad lleva al pasajero hacia el espacio principal, el módulo de facturación.
Los techos altos en forma de arco, dinámicos y unificadores, brindan luz y espacialidad, acompañando al viajero a lo largo de la terminal, creando una sensación constante y reconfortante de orientación y claridad. Sus lucernarios aportan luz natural y por tanto contribuyen a un importante ahorro energético. La amplia cubierta engloba la totalidad de la terminal como si protegiera una pequeña ciudad o pueblo debajo, donde se pueden descubrir áreas de servicio en una agradable sucesión.
La “plaza” principal, que a Ricardo Bofill le gustaba comparar con la Plaza Navonna de Roma, bulle de tiendas, restaurantes y cafeterías. Con 300 metros de largo y 22 metros de altura, es el corazón “de facto” del proyecto. Este eje comercial y social, está flanqueado por plazas exteriores o grandes patios al aire libre, con pérgolas y cafeterías que brindan la experiencia única de relajarse al aire libre.
Los tres diques se inician desde este centro comercial o mercado y el dique central, como una espada de 500 m de longitud, es el eje.
Las salas de espera VIP, con vistas a la plaza, fueron diseñadas para el máximo confort, y en su centro una sorpresiva caja de estuco verde agua, revestida de vidrio facetado como una joya.
La luz tenue y cálida era acogedora. Todo el mobiliario fue diseñado a propósito y los cuartos de baños en granito flambeado y espejo arenado eran de un lujo excepcional.
Las salas de autoridades tenían los mismos acabados y la sala de prensa, con nuestras butacas Senso rojo Ferrari, era impactante.
La señalética fue ideada por nosotros, y tuvimos que amueblar todo el inmenso “Back of the house” con sus oficinas, cafeterías de empleados, vestuarios…
Asimismo, supervisamos la estética de los cafés y tiendas para garantizar una sensación de continuidad y totalidad del diseño.
En la entrada principal, la zona de facturación, diseñamos el interior del exclusivo restaurante Gaig.
La terminal 1 del Aeropuerto de Barcelona fue premiada como el mejor aeropuerto de Europa de más de 25 millones de pasajeros en los premios Airport Council International Europe 2010. El premio se otorgó basándose en la excelencia y los logros en áreas como son la calidad de los servicios satisfaciendo las necesidades tanto para los usuarios como para las compañías, la oferta comercial y de restauración (la T1 albergaba el restaurante Porta Gaig, cuyo chef ha sido reconocido con una estrella Michelin), la seguridad o la conciencia medioambiental, entre otras.
