La línea de Papeleras prima línea surgió de un fortuito encuentro y un comentario algo crítico, en una feria de mobiliario urbano, al director de Plastic Omnium España al final de los 90.
De ahí nació una larga colaboración que incluye más de diez diseños de papeleras y contenedores a lo largo de 14 años.
El primer propósito era ganar, con una familia de papeleras y columnas, el concurso por procedimiento abierto del servicio público de instalación, mantenimiento de papeleras en la ciudad de Madrid en 2001.
Intentamos favorecer el gesto del ciudadano conciliando, seguridad, resistencia, calidad, funcionalidad y estética.
Nuestra intención, fundirse con la cuidad, pasar lo más desapercibido, abandonado el color verde estridente de las papeleras anteriores, por un gris urbano.
La gama se declinaba en varios tamaños, de 50L la más pequeña hasta los 120L de las columnas. Las técnicas de fabricación eran variadas, el polietileno inyectado y de rotomoldeo, la fundición de aluminio y la chapa de acero cincada.
El reto impuesto era, evitar que se pueda pegar papeletas o escribir en ellas y que permitiera que un supuesto madridista subirá en ellas gritando «Olé Madrid».
Nuestro propósito fue que las diferentes técnicas tuvieran una coherencia y que tanto el centro de la ciudad como el extrarradio, donde iban ubicadas, fueran similares, confiriendo unidad a toda la gama.
Ideamos unas estrías para evitar vandalismo, lo que permitió dar entidad a todo el conjunto.
Las técnicas de desmóldelo permitían un juego muy limitado. Y tanto su integración en los diferentes soportes como su manipulación y limpieza debían tenerse en cuenta.
Estas papeleras se pueden encontrar en muchas ciudades muy dispares tal como Valencia, Buenos Aires, Lisboa, Monte Rey, Saint Tropez y bastantes más.